Hoy 7 de enero del 2010
Fecha en que celebro mi cumpleaños y sin importarme realmente a quién se le olvidó darme una felicitación, ni mucho menos entregarme un presente, me he dado cuenta que esta fecha es mía por el momento, fecha que comparto con otros que al igual que yo nacieron en esta fecha, pero me dispondré a vivirlo intensamente, a pasarla bien, sin resentimiento para aquellos que no se acordaron de mi.
Si el éxito no es un destino sino una trayectoria, haré que cada minuto de mi vida se convierta en eso, en éxito, porque estoy viva con un propósito y ese habrá de cumplirse. La ausencia de un regalo este día, no me afectó como todos los años atrás, sino que más bien, me ha hecho creer que más bien soy yo la que debo darle a los que mal llamo míos, o sea, mi familia, mi trabajo y todo lo que forma parte de esta mi vida.
Amanecí desafiante, amando aunque no me amen, viviendo aunque insistan en matarme, riendo aunque hacen miles de intentos para que llore, disfrutando aunque se empesinen en arruinarme el día, esperando de mi Señor, lo que nunca voy a tener de parte del hombre. Abrazaré la vida para que no se me siga escapando de los dedos como hasta ayer, miraré atrás solo para recordar que es lo que debo y que no debo repetir, para obtener un buen resultado. Lucharé porque mis sueños se cumplan, trabajaré por seguir construyendo un futuro para mi hijo y posiblemente, no lo se, seguiré esperando a ver si se restaura mi relación matrimonial, aunque repito no lo se con claridad, no estoy en este momento muy convencida de seguir haciéndolo, más bien debería ser consiente de una buena vez, que si bien es cierto el amor es una decisión, pues mi esposo ya decidió.
Al final ha de importarme solamente que realmente se yo lo que esa amar, porque he tolerado, soportado y perdonado, eso es suficiente cuando miro la vida desde esta perspectiva y no importa yo si tomé la decisión de amar.
Hoy es mi cumpleaños y concluyo diciendo que estoy agradecida con Dios, por haber pensado en mí desde antes de la fundación del mundo, por prodigarme de tanto bien, por amarme como me ama, por permitirme abrir mis ojos hasta hoy y ver que todo se mantiene en su lugar como lo dejé la noche anterior, sin embargo enseñándome que el día a día lo construyo yo, que está en mis manos el querer y el poder, que con Él todo lo puedo, que no tengo limitantes, que en medio del dolor se pueda esbozar una sonrisa y que aunque a veces he tenido que sentarme en la vera del camino a descanzar, nunca he sido derrotada y nunca lo estaré.
Este día es el mejor cumpleaños que he celebrado, gracias no a la vida, gracias por la vida, Señor.
